La contaminación es uno de los problemas más serios de nuestro tiempo, y es que son muchas las ciudades a nivel internacional que ya superan los límites de polución legales establecidos. Y esto no es solo un problema gravísimo para el medio ambiente y su conservación, sino que lo es también para el bienestar de nuestra salud, puesto que unos altos niveles de contaminación pueden ocasionarnos trastornos de diferente tipo, desde los relacionados con los problemas respiratorios, hasta incluso problemas de corazón.
Es por ello que deberíamos concienciarnos acerca del problema y tratar de reducir dichos niveles de polución, nocivos para la salud, lo antes posible.
Contaminación elevada e infartos de miocardio
Ante la falta de estudios concluyentes que relacionasen la posible incidencia de la contaminación en los infartos, diferentes investigadores procedentes del Hospital Val d’Hebron de Barcelona y del CIBER o Centro de Investigación Biomédica en Red, han realizado un estudio que concluye con la certeza de que dicha relación no solo es posible, sino que es más frecuente de lo que podría parecer.
Su estudio, publicado en la revista científica International Journal of Cardiology, pretende demostrar que los días en los que más altos se encuentran los índices de la contaminación atmosférica, se dan más casos de infartos de miocardio. De momento el estudio solo se ha centrado en la zona centro de Barcelona, pero es fácil pensar que sus resultados puedan concordar también con los de otras ciudades, al menos con aquellas que tengan condiciones similares a la de Barcelona, como es el caso de Madrid.
Dicho estudio, además, aporta una novedad crucial con respecto a otros estudios anteriores considerados deficitarios por estos expertos, y es que se centran en cómo esa relación existente entre la contaminación y los infartos se da en tan solo 24 horas tras los mismos, algo que jamás se había puesto de manifiesto en la comunidad médica ni científica. Esto quiere decir que la contaminación podría ser un acelerador de la gravedad ocasionada en el organismo tras el infarto, ya que puede ocasionar otros problemas añadidos, como es la mayor probabilidad de fibrilación ventricular, o el mayor número de sustancias tóxicas en el cuerpo relacionadas con los infartos, como es la presencia de la sustancia llamada PM 2,5.
Datos y conclusiones
Para dicha investigación se utilizaron los datos procedentes del denominado Codi IAM, un registro que contempla todos los casos de infarto de miocardio producidos en Cataluña, junto a otros como los datos meteorológicos disponibles y los picos de contaminación registrados. El estudio, además, se centró en una franja temporal concreta, en los años 2010 y 2011, aunque su investigador principal, el doctor especializado en cardiología Jordi Bañeras, ha manifestado que poco o nada han variado los datos desde aquellos años, con lo que podemos seguir teniendo presentes las mismas conclusiones finales del estudio.
Dichas conclusiones se concretan en la evidencia, según los investigadores, de que a mayores índices de contaminación, mayores casos de infarto atendidos (ya que los no atendidos no han entrado en el estudio, por razones obvias). La contaminación, además de aumentar las posibilidades de padecer un infarto en aquellas personas que ya tengan problemas previos de corazón, aumenta también las posibilidades de que dicho infarto termine con el fallecimiento del paciente.
Jordi Bañeras reflexiona, también, acerca de la necesidad de las políticas medioambientales, que podrían reducir de manera significativa los casos de infarto, mejorándose al mismo tiempo las condiciones de salud de todos los ciudadanos, con ambientes menos cargados y más respirables.